Ninfa

Maldecida a las liturgias que ofrece el mundo

y a la violencia de la luz que irrigaba de su rostro,

de su cabeza iban colgando dos trenzas como hilos de oro;

que hacían llamarle el columpio de su belleza;

que los despojaba del aire en cada una de sus respiraciones.

A la par de sus andanzas que urdían en excusas:

cuando la vista perdía en la geometría de su joven cuerpo.

En aquel momento comprendió que habría que ocultarles,

más allá de los ojos del hombre, del perfume desprendido

          [de su piel,

La vida se les iría cuando sus labios pronunciaban su nombre.

Sesgos

Un golpe a estos muros escasos de pintura y de aquello que cuelga

veo mi rostro en el espejo fragmentado e inservible

y aunque, ya no amanece y ese es mi problema,

de los muchos que carecemos de nuestra propia fe,

mi palabra se arraiga a lo que llaman divino...

Pero, necesito la fuerza de una palabra

que no venga de mí y de aquello que me detone,

tanto que ¿he dejado de amarme para ir a esta guerra?

Incluso, dilucida mi mente entra en catarsis,

y el velo de lo que fue la mañana, me cubre en este funeral de oscuridad.

Giro sobre mi torso desnudo y miro hacia el jardín de mi desdén

en donde el sauce que distingo se transforma en cobertura para el carboncillo

y el aire hace volar aquel papel que permanecía sobre la mesa,

con trazos y líneas en los que soy el hombre que dibuja su muerte

o con los que la muerte dibuja nuestra imagen de hombres.

Quizás solo estoy ebrio de locura, de ansiedad, hermetismo… 

Porque la realidad está mitigando mis ojos tenuemente

y voy viendo en el adoquinado, un líquido derramado saliendo del vaso

que anteriormente he servido, bebido y disfrutado

Al arrebato de la gracia de mis circunstancias.

Voy a dejarme la vida...

En mis laberintos mentales bifurcados de pensamientos que llegan y olvido,

Estoy en el mismo sendero interno diciendo que voy a dejarme la vida;
Que voy a escapar de la cárcel de mis trances mentales ya que no me vincula lo real,
Aunque, las batallas aún siguen siendo duras te interno dentro esto.

Cuando yo tocaba el paraíso de mi vida
Como artista encontrando el destello de su locura,
Nadie quería ver triunfar al prójimo y solo pocos sabíamos lo que es ello,
Subsecuente vinieron frases a mí y por qué decir.

Nuestros cuerpos desgastados de triza y la crueldad del todo,
Es decir, bañado de crudeza ahora soy el oro negro
Pongo pausas a mis causas y enseguida prendo el fuego
Yo soy alógeno incluso en todos los terrenos, pero…

En un mundo abstracto es difícil y a veces con mis dedos palpo
Entre su magia y los augurios que de ella proviene.
Sí, allí estaba en el péndulo de sus oscilaciones libres
Porque han mejorado y aprendido de sus fallos.