Provocando respuestas obligadas,
Presentadas como prisioneros de eterno encierro,
Percibidas por seres cercanos, con miradas que no engañan.
El ruido de los arboles azotando sus ramas,
Mientras las palabras se trazan sobre hojas de papel,
Y tal vez se derrumben poco tiempo después de haber analizado lo sucedido.
Una lluvia de susurros mentales muestran el poder cambiar un poco de las cosas, con valiosas disculpas.
Y con simples palabras absorbidas,
Transforman largos trazos que marcan un perdón.
Tiempo después,
Te reflejas al espejo y retransmites lo valioso que fue,
El llegar a comprender lo mucho que es importante para ti. Viendo la realidad de lo que poco dicen,
Sin importar que algún día ya no las volverás a ver.
ED
Yo juego con la tiza porque me recuerda lo que era ser niña... tu sabes... el olor a gardenias y pasteles recién hechos.... el chocolate en tus dedos derritiendose, el sofocante aroma de la felicidad y el no poder más cuando corríass...
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